Seguíamos comiendo y seguíamos haciéndolo a lo grande, tanto en calidad como en cantidad, como demuestra este espléndido Rodaballo de ni más ni menos que 2,7 kg que nos fue servido en el restaurante 'La Fontanilla', en Conil, sobre la playa del mismo nombre (podríamos decir que es un restaurante/chiringuito) y a los pies de nuestro hotel.
El punto de cocción perfecto y el sabor fantástico... tuvimos que cuartearlo para dar cuenta de él... Pero no fue la única barbaridad de aquella noche porque fijaros en el taco de barriga de atún, de 400 gramos, que, os puedo asegurar estaba delicioso.
Sin duda, junto con el morrillo comentado en la primera entrada del viaje... otra de las grandes razones para no volver a común atún fuera de Cádiz.... y precisamente en la capital de la provincia fuímos a parar a todo un clásico.... 'El Faro', en el típico y tápico (por lo de las tapas) barrio de La Viña. La verdad es que cuando llegamos allí no asustamos un poco al ver un restaurante tan puesto, elegante y demás (teniendo en cuenta que éramos 3 parejas con 6 niños) pero el saber hacer y los años de experiencia de los empleados y dueños del local nos permitieron disfrutar de la comida sin sufrimientos
Para empezar, nos asajaron con este refrescante gazpacho de remolacha... un 'divertimento'. Como ya venía siendo habitual en este viaje, no faltaron las tortillitas de camarón (para mí las mejores pues llevaban pedacitos de cebolla que les daban un toque especial). Además disfrutamos de un excelente vino blanco de la zona, un Entrechuelos chardonnay fresco y sabroso
Sin embargo en los entrantes hubo uno que a mí no me convenció pues era una ensalada de verduritas, frutas, piñones, pasas, langostinos con vinagre de Pedro Ximenez y salsa rosa. Pero demasiada fruta para mí (que no me gusta) y además, como dijo un amigo.... pagar 21 euros por una ensalada....pues....
En los segundos me decidí por un Rabo de Toro a la Jerezana... muy rico
También... muy recomendable el Cazón a la Roteña, que tuve la oportunidad de probar
Pero sin duda, para sorpresa tremenda el postre, sin duda el mejor del viaje, unos canutillos de crema y chocolate, acompañados de un espléndido Pedro Ximénez (fijáos si se aprecia, las lágrimas que dejaba en la copa.... como las que nos saltaban a nosotros de los ojos al degustar el plato)
Con este buen sabor de boca dejábamos la tacita de plata y aunque el viaje aún duró algunos días más.... sin duda lo mejor está resumido en estas 2 entradas.... casi nada!!!
